Pero llegado el momento, ¿cuál elegir? ¿La colonia con la que llevas toda la vida perfumándote, uno perteneciente a alguien especial, aquel que acaban de regalarte o uno comprado para la ocasión? Sea como sea, hay algunos consejos que facilitan la elección de un olor para la novia. Un olor que, como el resto de detalles, marcará la diferencia y la personalidad de la protagonista del enlace.
Que sea un día en el que se tiene que deslumbrar no implica usar un perfume mejor, o peor, de olores más intensos o más dulces. Por ello, si se opta por el perfume de toda la vida, no habrá problema, pero si se opta por uno nuevo es fundamental probarlo con antelación, aunque sea para estar por casa, y así evitar sorpresas e incomodidades el día de la boda.
Otro detalle que hay que tener en cuenta es la relación entre el ramo, las flores y el perfume. “No sólo tu ramo tiene que encajar con tu vestido: también con tu perfume. Ten cuenta que puede eclipsarlo el tipo de flores que lleves en tu ramo (parece una tontería, pero puede alterar el aroma percibido)”, dice la web especializada Perfumes Club.
Algunos de los aromas más presentes en los perfumes son los cítricos, el ámbar o el jazmín. Mezclados entre ellos, con otros ingredientes, en diferente disposición o como protagonistas del perfume, causan diferentes impresiones y aportan personalidad a quien lo lleva, en este caso la novia. Según los entendidos, el ámbar, el jazmín o la rosa otorgan tranquilidad y seguridad en sí misma, por ejemplo. Y los aromas frutales que contienen referencias cítricas (de naranja, mandarina, pomelo o limón) están relacionados con la energía y la alegría.
El jazmín y la vainilla, por ejemplo, pueden usarse para novias dulces y románticas; el cedro y el ámbar son cualidades asociadas a una personalidad refinada pero vibrante.
Pero como en casi todo, lo mejor es probar por una misma y seleccionar aquel perfume que mejor case (nunca mejor dicho) con la novia.