Se conoce como lumbalgia al dolor localizado en la parte inferior o baja de la espalda y que casi todas las personas, tanto hombres como mujeres, experimentan en algún momento de su vida, independientemente de su modo de vida, su edad, país, actividad profesional o grupo social al que pertenezcan y cuyo origen, en cualquiera de sus formas, tiene que ver con la estructura musculo esquelética de la columna vertebral, lo que origina que en nuestro país sea la segunda causa más frecuente de absentismo laboral originando más del 25 % de las bajas laborales.
El dolor producido por la lumbalgia se origina por un mecanismo neurológico que implica la activación de los nervios que transmiten el dolor y el desencadenamiento de la contractura muscular, la inflamación y la compresión de la raíz nerviosa, siendo las causas más frecuentes las de tipo mecánico y las de tipo inflamatorio.
- Lumbalgias de tipo mecánico son las que se presentan con una mayor asiduidad y están asociadas a un desencadenante relacionado con una actividad física por lo que pueden deberse a un traumatismo, una distensión muscular o esguince lumbar, sobrecarga funcional en trabajadores, deformidad de nacimiento o congénita, hernia o desplazamiento discal, artrosis o enfermedad discal degenerativa, fractura vertebral, etc. Entre sus síntomas está un dolor continuo y constante que puede empeorar con el movimiento, causando una limitación de movimientos, y aliviarse cuando está en reposo, por lo que se recomienda mantener un reposo limitado al menos durante 2 o 3 días, así como aplicar calor local en la zona y la prescripción médica tanto de relajantes musculares como de analgésicos para aliviar el dolor.
- Lumbalgias de tipo inflamatorio. Tal y como su nombre indica, su dolor es de origen inflamatorio y crónico, pudiendo empeorar si no se realiza un diagnóstico médico a tiempo y no se trata de forma adecuada sus causas, las cuales pueden deberse a determinadas enfermedades autoinmunes como las artritis psoriásica, artritis reumatoide, artritis enteropática, espondiloartritis anquilosante, infecciones, tumores, etc., pudiendo llegando a afectar la calidad de vida de las personas que lo padecen de una manera sumamente importante, ya que el dolor que comienza de una forma gradual puede tener una duración superior a los tres meses, no mejorando con el reposo y presentando una rigidez muscular al levantarse por las mañanas que puede durar al menos 30 minutos.
Independientemente del tipo de lumbalgia que se presente, según el grado de afectación y compresión radicular que se tenga, se pueden producir tanto alteraciones de la sensibilidad como hormigueo, anestesia, hipoestesia…, como alteraciones del movimiento con parálisis parcial o debilitamiento de la musculatura, lo que puede ocasionar un importante problema a aquellas personas que su vivienda presente condicionantes a la hora del movimiento como escaleras, salones a dos alturas, ausencia de platos de ducha, etc. Por ello, si vosotros ya tenéis suficiente con vuestra dolencia y no queréis que vuestra casa os suponga un suplicio, nosotros os recomendamos que la reforméis con Grupo Navitec, puesto que esta empresa, integrada por arquitectos técnicos e ingenieros, os ofrecerá las mejores soluciones para cualquier tipo de rehabilitación de viviendas, de tal forma que podáis eliminar elementos como los anteriormente mencionados que os dificulten el día a día.
Y es que las dolencias son difíciles de curar, por lo que debemos evitar que nuestra casa nos complique más la vida. Sin embargo, en la actualidad existen diferentes diagnósticos que nos ayudarán a sanar y, para ello, el profesional realizará un examen físico para definir con precisión la zona del dolor y evaluar cómo afecta al movimiento. En caso de ser necesario también se pueden solicitar otras pruebas diagnósticas complementarias como radiografías, resonancia magnética de la zona o una tomografía computarizada.
¿Cómo podemos evitar una sobrecarga?
Actualmente nuestra sociedad cada vez está más concienciada de la importancia que supone para nuestra salud física y mental el mantenernos en forma y llevar un estilo de vida saludable y dentro de ello la realización de algún tipo de deporte o actividad física diaria es esencial, aunque a veces un ejercicio mal ejecutado, no estirar adecuadamente o sobreexigirse físicamente pueda entrañar algún riesgo para la salud como los que se pueden producir por un esfuerzo muscular durante un entrenamiento. Con el fin de prevenir y evitar cualquier sobrecarga debemos tener en cuenta lo siguiente:
- Realizar siempre un calentamiento previo a la realización de un esfuerzo físico de todos los músculos y articulaciones con el fin de preparar al organismo y evitar algún tipo de contracción muscular o lesión física. Realizar ejercicios de estiramiento permite mantener los músculos distendidos y mejorar la flexibilidad.
- Procurar mantener siempre la espalda recta cuando se ejercita.
- Fortalecer mediante ejercicio físico los músculos de la espalda para que los huesos de la columna vertebral tengan un perfecto soporte.
- Evite correr sobre superficies no firmes o desiguales, en su lugar opte por correr sobre una pista o superficies de hierba uniforme.