Vivir una pandemia como la que nos ha tocado sufrir en pleno siglo XXI, ha creado en toda la población, un hábito de higiene muy superior al que teníamos antes de que el Covid se colara en nuestras vidas. La importancia de una buena limpieza, higienización y desinfección en los hogares, ayuda a evitar la propagación de enfermedades. No solo el coronavirus puede dañar nuestra salud, existen miles de microorganismos dispuestos a atacar nuestras defensas sin que nos percatemos de ello.
Los profesionales de Stocknet, nos han explicado como el uso de productos específicos ayudan a mantener nuestros hogares en condiciones optimas de salubridad. Los pasos para que se cumplan dichas condiciones son tres: limpieza, higienización y desinfección.
Aunque por norma general, una limpieza llevada a cabo regularmente, suele ser suficiente para mantener a raya los microorganismos, conviene tener en cuenta como se deben practicar estos pasos de forma periódica o puntual, según las necesidades.
Para empezar, llevar a cabo una buena y exhaustiva limpieza a diario es fundamental. Higienizar y desinfectar es conveniente, sobre todo, en caso de que en la vivienda existan personas enfermas o con propensión a enfermar. El asma o las alergias, por ejemplo, empeoran si no se mantienen a raya los microorganismos que están presentes de forma cotidiana no se eliminan de forma regular.
Limpieza, higienización y desinfección
La limpieza es siempre el primero de los pasos a dar. Independientemente de que después vayamos a higienizar o desinfectar, en primera instancia hay que limpiar ya que esta acción, elimina la mayoría de microorganismos, la suciedad que se acumula y las impurezas presentes en las diferentes superficies. Aunque parezca lo contrario, basta con agua y jabón para limpiar de forma conveniente todas las superficies de la casa.
Un jabón específico para todas las superficies, agua y un buen paño para restregar. Insistir en las zonas que presenten mas dificultad y por supuesto, evitar la acumulación de mugre que hará más difícil la tarea. Hacer esto de forma regular evita acumulación de suciedad y los consiguientes microorganismos.
Mediante la higienización se reducen las cantidades de microbios presentes en el entorno a los niveles deseados que las regulaciones en cuanto a salubridad se refieren, consideran óptimos. Para higienizar superficies, se utilizan productos mas específicos, generalmente con una base de cloro o aerosoles concebidos para esta tarea. Siempre se lleva a cabo después de una buena limpieza.
La desinfección mata directamente a la gran mayoría de los microorganismos existentes en las superficies y objetos de uso cotidiano. Las soluciones con cloro son igual de efectivas que en la higienización, aunque existen productos químicos mas potentes y específicos. Igualmente, antes de desinfectar, hay que limpiar todas esas superficies.
Limpieza de la casa
Fundamental. Como ya hemos dejado claro, antes de nada y en la mayoría de las ocasiones, limpiar es lo primero y lo único que hay que hacer. Eso sí, de forma regular, metódica y eficiente. Al eliminar la suciedad, eliminamos la gran mayoría de esos microorganismos y a la vez, si conviene higienizar o desinfectar posteriormente, facilitamos la tarea a los productos químicos destinados al efecto.
Los limpiadores de uso doméstico que contienen detergentes o jabones reducen sin problema esos microbios.
De forma regular hay que limpiar todas las superficies de la casa, incluidas las manetas de las puertas, los interruptores, etc. Muchas veces se pasan por alto esas superficies que son las que a lo largo del día tocamos con mucha continuidad.
En caso de superficies que se manchen con mayor facilidad, limpiar una vez que se ensucien. No conviene dejar la suciedad a la vista, ya que son nidos de gérmenes que pueden dar lugar a focos de microrganismos que puedan dañar a niños pequeños o ancianos cuyos sistema inmune se ve debilitado.
Evidentemente, utilizar productos específicos para cada tipo de superficie, aumenta la efectividad de la limpieza. En estos casos, seguir siempre las recomendaciones de uso descritas en la etiqueta.
Cada superficie debe limpiarse de la forma adecuada. En el caso de las superficies duras, como las mesas o encimera de la cocina, limpiar con agua y jabón o el producto específico del que se disponga. Siempre atendiendo a las indicaciones del fabricante. Algunos materiales no pueden ser limpiados con productos agresivos.
Para superficies blandas como las alfombras o las cortinas, si es posible, lavarlos con agua a la mayor temperatura posible admitida por el tejido y secar totalmente antes de volver a utilizarla. El uso de la aspiradora es muy conveniente en algunos materiales, un buen aspirado elimina tanto suciedad como microbios.
Los artículos lavables como la ropa o los juguetes, utilizar detergente y lavar con el agua a la temperatura que recomiende el fabricante. Cuanto más elevada la temperatura mayor eliminación de gérmenes, pero algunos materiales no soportan temperaturas elevadas. Siempre hay que prestar atención a un buen secado antes de volver a utilizar o guardar.
Higienización
En algunas ocasiones, tras una limpieza, hay que higienizar algunas zonas o artículos de la casa. Cuando hay niños y/o bebés en la vivienda, hay que higienizar todos los artículos con los que ellos tengan contacto de algún modo.
Si se da la circunstancia de que ocurra algo desastroso en la vivienda o se sufra un accidente domestico en el que haya sangre, por ejemplo, higienizar todas las superficies que entren en contacto con los alimentos.
Del mismo modo, si dentro del frigorífico, aparece un alimento en mal estado, o alguno retirado por las autoridades sanitarias, hay que higienizar todo el interior de la nevera. Algunos microrganismos no mueren con el frio y proliferan a bajas temperaturas. Hay que eliminar toda posibilidad de proliferación.
Como venimos diciendo, no tiene porque ser necesaria una higienización diaria de las superficies y los artículos de la vivienda si existe una limpieza regular y constante. En las situaciones que sea requerida, para objetos no porosos, como juguetes o artículos para bebes (estos si conviene higienizarlos de forma periódica), hervirlos con la solución de cloro recomendada y dejarlos secar sobre un paño o toalla limpio, sin restregar, al aire, es la mejor y mas segura de las maneras de higienizar.
Para las superficies duras como las mesas o encimeras, utilizar la misma solución con blanqueador con cloro diluida o algún producto especifico higienizante.
Desinfección
Como ocurre con la higienización, la desinfección no debe llevarse a cabo de forma habitual, salvo que en la casa haya personas enfermas o propensas a enfermar. En estos casos, extremar las precauciones ayuda a prevenir males mayores.
Utilizar siempre un producto destinado a este uso concreto. Limpiar antes la superficie de la forma conveniente y utilizar un producto que no dañe los materiales. Además, seguir siempre las recomendaciones e instrucciones del fabricante de los productos químicos. Estos productos pueden ser agresivos para las personas si la exposición a ellos no es la correcta.
Las pautas a seguir para el uso de los mismos, es sencilla. Leer bien las instrucciones como ya hemos dicho, utilizar algún método de protección como guantes o gafas. Dejar actuar el desinfectante sobre la superficie durante el tiempo correspondiente.
Si el producto se utiliza en interiores, procura que exista una buena ventilación en la estancia. Cuando haya que diluir el producto en agua, esta debe ser a temperatura ambiente salvo indicación contraria en la etiqueta.
No mezclar bajo ningún concepto, productos o sustancias químicas entre sí. Una vez terminada la desinfección, lavarse las manos con agua y jabón durante unos veinte segundos para eliminar posibles restos de producto químico.
Con estas pautas, el resultado será más que satisfactorio.
Queda claro que mantener la higiene en el hogar, puede evitar la propagación de virus y gérmenes que pueden dañar nuestra salud. Tener hábitos de limpieza y saber cuando es momento de llevar a cabo la higienización o desinfección de las superficies y objetos de la casa, puede evitar muchos quebraderos de cabeza. Eso es algo que hemos aprendido todos a raíz de la pandemia.
Tal vez, no sea necesario llegar a esos extremos que marcaron las autoridades durante los meses más duros del confinamiento, si mantenemos unas buenas pautas de higiene cotidianas.