Hoy vengo a contaron una anécdota que me ha llenado de orgullo propio, así que ahora mismo creo que peso un par de kilos más que la semana pasada, o tres, quién sabe.
Estoy bastante harta de que las personas que me conocen y saben de mi afición por los cosméticos, maquillajes y el cuidado personal me vean, o bien como una persona frívola a la que no le importa nada más que la estética, o bien como a una rubia tonta que no tiene ni idea de hacer prácticamente nada. Pues ni una ni otra, pero claro… a ver cómo lo demuestras.
Hace un par de semanas, la casa de campo de mis padres, empezó a darles quebraderos de cabeza. Las últimas lluvias dejaron evidencias de goteras en el salón y la cocina y arreglar un tejado a dos aguas no es moco de pavo precisamente. El caso es que se comentó el asunto en una reunión familiar que tuvo lugar debido al cumpleaños de una de mis tías y yo me ofrecí a encargarme de todo, puesto que ahora mismo estoy en paro.
Cuando hice esto todos mis familiares se giraron a mirarme y mi primo enseguida argumentó que el me ayudaría a buscar una buena empresa que no nos timara y demás, así que me cabreé y le dije, cortésmente, que no lo necesitaba, que podía valerme por mí misma y encargarme de toda la reforma.
El salón se quedó en silencio y mis padres me dieron las gracias con algo de miedo, porque hasta ellos dudan a veces de mí. Perjuicios.
Tras mirar mucho e informarme durante un par de días acabé llamando a cubiertas-estevez.com y pidiendo presupuesto. Pedí también en un par de empresas más (que las rubias no somos tontas), pero fue la mejor oferta que en hicieron así que los llamé y en dos días los tenía en la casa de mis padres manos a la obra. Me alojé en la casa un par de días porque como mis padres no viven allí alguien tenía que encargarse de abrir a los obreros y estar en la casa mientras trabajaban y poco después estaba todo terminado.
Al día siguiente al término de las obras vinieron mis padres a ver todo y quedaron encantados aunque con la espinita guardada de no poder probar si estaba instalado correctamente todo. Y el caso es que tuve suerte, y tres días después llovió, demostrando así que todo estaba perfecto y que mi decisión de contratar a esta empresa y no a otra fue acertada.
Obviamente, mis tíos, preguntaron a mi madre en una de sus múltiples llamadas semanales, e incluso mi primo volvió a ofrecerse, pero todos ellos se encontraron con que el trabajo estaba hecho y los problemas solucionados y yo más contenta que unas castañuelas.
En cierto modo entiendo que el tópico de las rubias o de las mujeres a las que nos gusta el maquillaje esté siempre presente en la sociedad porque si pones tele5 y ves cosas como el nuevo programa de Ylenia te entran ganas de echarte a llorar y no parar hasta pasado mañana. Yo no lo he visto nunca (lo juro, no es por quedar bien) pero no creo que sea muy bueno, sinceramente.