Es verdad que cuidarse uno mismo trae consigo un trabajo que no todo el mundo está dispuesto a hacer. Tanto si decides comer sano y, por ende, hacer comidas más elaboradas, como si decides cuidar la piel entre otras cosas, tendrás que invertir un tiempo y unas acciones, un dinero que puede venirte mejor o peor, e incluso puede que dependiendo de la funcionalidad de tu vivienda puedas o no llevar a cabo ciertas tareas pero… ¿merece la pena todo? Por supuesto, no hay excusas.
Tener unos hábitos saludables, tanto a nivel de ejercicio físico como de dieta, favorecerá tu cuerpo por dentro y por fuera, y si además ayudamos a nuestra piel con productos naturales que la protejan, la hidraten y la mantengan bien nutrida, conseguiremos estar lo mejor posible y lo notaremos en muchísimos aspectos de nuestra vida.
Siempre merece la pena
Veamos pues, qué son aquellos aspectos en lo que más solemos fallar a la hora de cuidarnos para aprender cómo evitar dichos errores comúnmente repetidos:
- “Arrancada de Caballo y parada de burro”. Nuestra sociedad, en continuo movimiento, nos ha enseñado que los resultados rápidos son los más valiosos y hemos olvidado lo que significa tener paciencia. Actualmente lo más valorado es lo que mejor funciona en el menor tiempo posible, en cualquier aspecto de la vida, y a veces esa filosofía de vida no lleva a ninguna parte. En estos temas lo que funciona es cambiar nuestros hábitos, en muchos sentidos, y hacerlo poco a poco y para toda la vida. Eso significa que no vas a ver unos resultados inmediatos o rápidos y tampoco vas a llevar a cabo unas acciones y luego vas a poder dejar de hacerlas porque, si quieres ser saludable toda tu vida, tendrás que seguir llevando una vida saludable toda tu vida. Así que no empieces de golpe intentando abarcarlo todo (“arrancada de caballo”) y te canses demasiado pronto abandonándolo todo en el intento (“parada de burro”).
- Cosméticos no saludables. Olvídate del precio de los productos, no te fijes solo en eso para elegir una crema u otra porque hay cremas carísimas que están llenas de parabenos y otros ingredientes insanos que te harán más daño que otras cremas más económicas. Olvídate también de las marcas, que sean cremas de firmas conocidas no garantiza nada (a no ser que conozcas una línea de productos naturales que funcione muy bien cuyos ingredientes sean saludables). Simplemente antepón lo natural a lo químico y tira a la papelera cualquier crema que contenga:
- Parabenos
- aceites minerales escondidos bajo nombres como albolene, aceite blanco, aceite de lignito, aceite de adpsina, parafina líquida o aceite de parafina, drakeol, etc…
- Dietalominas (DEA), monoetanolamina (MEA) y trietanolamina (TEA).
- Formaldehidos
- Casa no eficiente. Se ha comprobado que el tipo de vivienda también influye en nuestra salud, externa e interna, y aunque no todos tenemos la posibilidad de vivir en el campo, en un entorno saludable con unas comodidades óptimas, debemos saber qué es lo que podemos mejorar en nuestro hogar para encontrarnos mucho mejor.
- Evita que los rayos UVA accedan a tu vivienda. Puedes cambiar los cerramientos y el acristalamiento e instalar nueva ventanas con vidrio aislante que refleje y rebote los rayos de la luz solar. De este modo la luz llegará hasta tu vivienda pero los rayos UVA no accederán a su interior. Otra propuesta, más económica, es instalar toldos en las ventanas y balcones donde más fuerte dé el sol o más horas al día. Esto evitará que los rayos incidan de forma directa. Puedes pedir asesoramiento en Toldos Clot.
- Mantén todo ordenado. El desorden provoca estrés, aunque no nos demos cuenta, y ese estrés puede dañar nuestra salud en más de un sentido. Lo mejor para evitar el desorden es contar con un buen almacenaje en casa. Instala armarios empotrados (Sidón Armarios) y si tienes presupuesto aprovecha para cambiar algunos muebles desfasados y compra otros más actuales y con mayor espacio para almacenaje en todas las habitaciones (Dismobel, Muebles Madrid, etc.)
- Malos hábitos alimenticios. Nuestra piel, nuestro cabello, nuestras uñas… todo se ve afectado si no llevamos una alimentación adecuada. La piel se apaga, perdiendo vitalidad y elasticidad. El cabello se estropea, perdiendo brillo y fuerza. Y nuestras uñas se rompen, se vuelven frágiles, e incluso se llenan de puntos blancos por falta de calcio. Debemos comer de todo, no excedernos en nada y llevar una alimentación variada, con todo tipo de nutrientes, lo más natural posible. Olvídate de los alimentos procesados y de los complementos alimenticios, la mayoría de nosotros, si lleváramos una alimentación saludable, no los necesitaríamos. Y, además, este tipo de alimentación, a la larga, sale más económica.
Si consigues mejorar, poco a poco, en tu vida diaria estos cuatro puntos hasta lograr un equilibrio óptimo notarás los resultados y comprobarás como todo merece la pena. Siempre merece la pena.