Nos gustaría decir que no hemos venido al mundo a sufrir, pero hay bastantes argumentos que nos incitan a creer en lo contrario en una buena multitud de ocasiones, sobre todo en lo que tiene que ver con los dolores corporales que van surgiendo como consecuencia del simple paso del tiempo o a causa de la falta de cuidados que le brindamos a nuestro cuerpo. La verdad es que esa serie de dolores condicionan de un modo sustancial la vida diaria de las personas. Desde luego, es de una necesidad imperiosa que pongamos todos los medios para evitarlo.
Son muchas las zonas de nuestro cuerpo con las que debemos tener cuidado. Las piernas son las que pueden sufrir con mayor asiduidad por el hecho de ser la parte con la que contactamos con el suelo y las que más ejercicio físico llevan a cabo a lo largo del día. Los pies, las rodillas, huesos como el fémur, la tibia o el peroné son partes muy necesarias de nuestro cuerpo y a las que les damos un uso permanente a lo largo del día a día. Es lógico que, en momentos concretos, estén más cargados o presenten mayores problemas físicos.
El portal web Consumer publicó una noticia relacionada con este tema y la incidencia que tiene la obesidad en un plano como este. Cuanto mayor es la obesidad, mayores son las posibilidades de que se sufran problemas físicos de todo tipo. Y lo cierto es que deben ser bastantes las personas que tengan que enfrentarse a asuntos de este tipo puesto que, en este país y en generar en la sociedad occidental, las personas que tienen sobrepeso son cada vez más. Vivimos en una sociedad que tiende al sedentarismo y la verdad es que eso no tiene nada de bueno para la salud de las personas.
En relación a eso, el diario El País se hizo eco, en septiembre del año 2018, de un estudio de la Organización Mundial de la Salud en el que se alertaba de la caída del ejercicio físico en el siglo XXI. Ni que decir tiene que el no hacer deporte puede tener como consecuencia el hecho de que nuestro cuerpo esté menos preparado para llevar a cabo ciertos movimientos, lo que termina siendo la causa de un montón de dolencias y lesiones que las personas sufren sin necesidad de hacer ejercicio.
Cuidar de nuestro cuerpo es una necesidad y retrasar cualquier aspecto que esté ligado de alguna manera a ese cuidado va en contra de nuestros intereses. Pero, ¿cuál es la tendencia actual de nuestra sociedad? ¿Preferimos esperar a que un dolor sea insoportable para ponernos en manos de profesionales o al primer dolor ponemos cartas en el asunto? Los fisios de Icoa alertan de que la primera de esas dos opciones está ganando terreno en los últimos años y que es necesario revertir la situación poniendo de manifiesto las ventajas que conlleva el ponerle solución a un dolor a la máxima brevedad posible.
Cuanto mayor es la edad, mayor debe ser el cuidado
La edad que marca nuestro DNI es fundamental a la hora de considerar los posibles cuidados que necesitamos para evitar dolores físicos en nuestro cuerpo. Cuanto mayor es la misma, mayor debe ser el cuidado que tengamos con nuestro estado físico. Es algo natural. Los huesos y los músculos sufren un desgaste como consecuencia de su uso y del paso del tiempo, al igual que podría suceder con cualquier objeto o máquina que usemos a lo largo de nuestra vida. Todo y todos nos vamos quedando progresivamente obsoletos. Es tan natural como la vida misma.
Eso no quiere decir, por supuesto, que tengamos que olvidarnos de nuestro estado físico cuando somos jóvenes. Todo el mundo puede sufrir una lesión cuando es joven a causa de casi cualquier cosa. Tratarla a tiempo es fundamental para evitar que las anomalías generadas por esa dolencia terminen perpetuándose e incluso generen mayores dolencias de las que tenemos actualmente. La conciencia de la gente es importante a la hora de mantener un cierto cuidado de nuestro cuerpo y no disponer de esa conciencia puede constituir la diferencia entre la salud… y los problemas físicos permanentes.
Es muy dura una vida en la que, de manera permanente, tengamos dolores en alguna zona de nuestro cuerpo. Evitarlo es necesario para conseguir un día a día que nos haga felices y que nos ofrezca la posibilidad de sentirnos satisfechos con nosotros mismos. Es cierto que, a medida que pasan los años, se vuelve complicado mantener la salud física. Retrasar, al menos, la aparición de dolores es una cuestión que implica una victoria para nuestro bienestar y, por ende, para todos y cada uno de nosotros.