En el artístico mundo de los negocios son muchas las cosas que debemos tener en cuenta si queremos triunfar y que los bienes o servicios que ofrezcamos calen entre nuestros clientes. No basta solo con que lo que ofrecemos sea de calidad; hay que promocionarlo como tal y cuidar algunos otros aspectos como puede ser la imagen de quien trabaja de cara al público vendiéndolo. Ese es solo un ejemplo, porque hay un millón más de cosas que debemos cuidar de manera pormenorizada.
Ni que decir tiene que, si queremos que nuestro negocio traspase fronteras, es necesario tener una organización y una plataforma susceptible de ser utilizada por personas que hablen diferentes idiomas. Y es que el aspecto idiomático es clave para cualquier operación que queramos hacer lejos de nuestro país.
Valga como ejemplo el que voy a poner a continuación. Desde hace una década aproximadamente, regento un negocio en el que vendo todo tipo de productos destinados al cuidado de la piel o cabello de las mujeres. Es un mercado en el que me he desenvuelto bastante bien con el paso de los años y que me ha reportado muchos beneficios. En 2011, motivado por los buenos números que me proporcionaba el negocio, decidí establecer una serie de acuerdos comerciales con otras tiendas y con proveedores de varios países de la Unión Europea. Y para eso controlar varios idiomas era necesario.
Inglés y francés son dos idiomas que controlo bastante y que no suponen ningún problema para comunicarme con la gente. Sin embargo, muchas de esas tiendas y proveedores con los que quería establecer acuerdos eran alemanes y checos. Pensé que probablemente también ellos sabrían hablar inglés y francés, pero se me ocurrió que para ganarme su confianza y su respeto estaría bien dirigirme a ellos utilizando su idioma nativo.
Como no conozco nada acerca del alemán o el checo, comencé a buscar alguna manera para conseguir mi propósito de dirigirme a mis objetivos en dichos idiomas. La solución vino de la mano de www.traductorjurado.org, una organización en la que me ofrecían la posibilidad de traducir todo tipo de documentos a una variedad amplia de idiomas. Contacté con ellos y les contraté, y lo cierto es que gracias a ellos la relación con mis colegas extranjeros ha sido perfecta hasta la fecha.
Empezamos intercambiando correos electrónicos comentando nuestras impresiones acerca del mercado en el que estamos involucrados. Después, cuando nos convertimos en socios, desde www.traductorjurado.org me ofrecieron la posibilidad de traducir contratos, facturas y demás documentos legales para mantener el calibre de nuestra asociación. La verdad es que mis socios quedaron tan impresionados que también contrataron a esa organización para dirigirse a mí en castellano. Todo un detalle.
En la actualidad, un porcentaje bastante importante de mi cartera de clientes proviene de Alemania y la República Checa. El equipo de traductores que tenía contratado me comentó que quizá sería interesante habilitar una opción en la página web de mi negocio para que pudiera visitarse en estos dos idiomas. Así hice. De nuevo, resultó todo un acierto: muchas personas me dieron las gracias.
No solo el inglés es importante
Es cierto que este idioma está catalogado como el “idioma universal” por la omnipresencia de los Estados Unidos en el mundo globalizado. Sin embargo, conociendo más idiomas multiplicaremos las opciones de llegar a más gente. No podemos dejar al margen a los más de 1.400 millones de chinos, a los japoneses o a la comunidad árabe, uno de los idiomas más hablados del mundo.
Finalmente, no debemos olvidar la gran suerte que tenemos al ser nuestro idioma también uno de los más hablados del mundo. El castellano se utiliza en prácticamente toda Latinoamérica y ya es el segundo idioma en importancia en Estados Unidos, con varias decenas de millones de hablantes. Si lo complementamos con el uso de algunas otras lenguas, el acceso que tendremos al mundo será enorme.