El estrés tiene graves consecuencias en nuestro cuerpo. No solamente a nivel físico o en cuanto a salud, sino también en lo estético. Las personas con mucha presión suelen tener, por ejemplo, problemas para dormir, y ese tipo de cosas hacen que nuestro corazón sufra, pero también la piel, y favorece que salgan las horribles ojeras en la cara. Asimismo, las personas con estrés suelen comer peor también y eso se ve también en el cuerpo.
Es por esto que de vez en cuando necesitamos desconectar de todo y tomarnos un pequeño parón para poder volver a cargar las pilas y así darle también un descanso a nuestro cuerpo. Algo que notaremos después por fuera. Es como cuando dormimos a pierna suelta, que después nos miramos al espejo y la cara que tenemos es bastante diferente a la de cualquier día en el que hayamos madrugado. Seguramente necesitaremos bastante menos maquillaje para vernos bien tras haber dormido.
Yo hace un tiempo lo pasé bastante mal porque tenía que pagar el préstamo que había pedido para comprar el coche y estuve muy agobiada de dinero, por lo que trabajaba al máximo posible para así poder amortizarlo pronto y dejar de pagar los intereses. No sé si lo sabéis por experiencia, pero ahora cuando te vas a comprar un coche la mayor parte de las veces el precio del anuncio solo te lo ofrecen en el concesionario si financias con ellos. Por poner un ejemplo, si el coche vale 33.000 euros, te lo dejan en 30.000 con la condición de que pidas al menos a su financiera 20.000 euros. Lo curioso es que tras diez años hasta pagado 15.000 euros más en intereses. Lo bueno es que muchos te dan la opción de que pasados unos meses puedas amortizar la deuda gratis, que es lo que yo quería hacer para no tener que pagar otro coche más con los intereses.
Después de esta etapa de tanto trabajo para pagar el coche mis amigas me comentaron que me veían un poco deteriorada a nivel físico, como si hubiese envejecido con mayor rapidez. Y fue entonces cuando decidí tomarme un fin de semana de relax e irme a Barcelona para desconectar, que es una ciudad que se encuentra relativamente cerca de mi pueblo y donde hay todo tipo de centros de estética y relax para ponerme a tono.

Mis días en Barcelona
Para pasar el fin de semana, me alojé en uno de los mejores hoteles de lujo de la capital catalana, el Bòria BCN, que pertenece a la cadena Mercer, de gran fama por su exclusividad. Este hotel en concreto se encuentro en un edificio con carácter y siglos de trayectoria, ubicado en pleno barrio de mercaderes medievales. Acoge hoy una de las experiencias hoteleras más singulares y satisfactorias de Barcelona. El Mercer Bòria BCN es una opción ideal para sentir intensamente el latido de la zona más cosmopolita y atractiva de la ciudad. Dispone de 11 amplias y luminosas estancias. Sus habitaciones dobles superiores, lofts, suites, suites superiores y su gran suite se encuentran en un barrio de profundo poso histórico y cultural, y a la vez con una actividad vibrante y una gran vocación de modernidad. A pocos metros el viajero encontrará el barrio de El Born, con edificios tan relevantes como la iglesia de Santa María del Mar, el Museo Picasso o el mercado de Santa Caterina, al lado de las tiendas de moda más actuales. Es un entorno de encanto especial, calles con sabor y una gran vitalidad.
Así que aproveché también para recorrer las mejores calles de compras de la ciudad y actualizar mi armario, ya que tras tanto tiempo trabajando apenas había tenido un momento para comprar algunas prendas de moda y me sentía muy clásica.
Y, como colofón, en la recepción del hotel las chicas que allí había me ayudaron a escoger un centro de spa que quedaba cerca del barrio para poder someterme a un tratamiento de masajes y limpieza de cutis. Asimismo, me hice también la manicura y la pedicura, en una oferta que había conjunta.
Y por último me fui a cenar al puerto deportivo de la ciudad, a dejar que el aire me relajase antes de volver a dormir al hotel. Un disfrute completo.