La moda en los pies puede perjudicar nuestra salud.

Ya estamos en verano y con él ha llegado el cambio de armario y de calzado, sustituimos la chaqueta por la camiseta de tirantes y el calzado cerrado por las sandalias de verano, pero cuidado, no es oro todo lo que reluce y hay ciertos cambios que hacemos en nuestro atuendo que puede perjudicar seriamente nuestra salud.

Resulta más que evidente, porque además así las campañas preventivas ayudan a ello, de que en verano debemos protegernos del sol, tenemos que tener en cuenta la virulencia de los rayos uva y protegernos utilizando ropa holgada, de colores claros y cremas de protección solar. Pero no solamente debemos proteger nuestra piel y nuestros ojos del sol al que nos exponemos en verano, también tenemos que tener en cuenta que nuestros pies sufren cambios, pasamos de zapato cerrado, lo que nos proporciona estabilidad y confort, a calzado como sandalias y chanclas de suela muy fina y con apenas estabilidad.

Al igual que el uso continuado de tacones provoca una serie de problemas y lesiones en el pie como son juanetes, dedos de martillo, esguinces de tobillo, neuroma de Morton, inflamación del tendón de Aquiles y artrosis de rodilla, utilizar sandalias y chanclas de continuo en verano puede provocarnos patologías como infecciones, verrugas plantaremos, papilomas y grietas en los talones.

Cuidado con el calzado que elegimos en verano

La especialista en podología Marta García recomiendan utilizar calzado transpirable evitando los fabricados con plásticos, es mucho más recomendable el calzado fabricado con materiales naturales que ayuden a mantener el pie seco evitando así la aparición de los temidos hongos. Por otro lado nos recomiendan que escojamos un calzado son la mayor sujeción posible para evitar torceduras y esguinces, así como calzado  que no sea demasiado fino y plano para poder evitar la tensión que se genera en la fascia plantar, el tendón de Aquiles, los gemelos… Si en algo coinciden todos es que la utilización de chanclas fuera de los lugares adecuados, de manera continuada y para largos paseos está completamente desaconsejado, generan inestabilidad y los dedos sufren por el sobreesfuerzo que tienen que hacer para agarrarse al calzado lo que acaba provocando dedos en garra y fascitis plantar. Sin embargo, nos recuerdan que su uso es imprescindible en zonas de riesgo de contagio de hongos como playas de arena, piscinas, vestuarios y gimnasios.

Lo que está claro es que nuestros pies son una parte más de nuestro cuerpo a la que le debemos prestar atención y de que no hacerlo vamos a sufrir las consecuencias. Por extraño que parezca los pies muchas veces acaban siendo ignorados, no se les da la importancia necesaria, la que se merecen. La realidad es que los pies son la base de nuestra vida diaria, no solamente porque de media caminamos 10000 pasos al día, sino porque son los que nos llevan y nos traen, los que facilitan toda nuestra actividad, y de no cuidarlos ésta se ve seriamente perjudicada. Es por estos motivos por los que los podólogos recuerdan de la importancia de nuestros pies y nos avisan, a modo de consejo, pero no sin la seriedad que requiere, de lo necesario de hacerse un chequeo, por lo menos una vez al año, de la salud de nuestros pies.

Es tan importante acudir al podólogo como ir al dentista

Habitualmente se tiene la creencia de que el calzado siempre es el culpable de nuestros males en los pies, y aunque ciertamente éste influye y puede provocar infecciones y lesiones como hemos comentado en este artículo, genéticamente podemos tener vicios, tendencias que nos provoquen problemas, no solo en los pies al andar, sino en el resto del cuerpo como puede ser a nivel muscular como gemelos por ejemplo, y a nivel esquelético como en tobillos, rodillas, cadera y espalda.

Formas de andar viciadas desde pequeños como la pisada pronadora o supinadora, así como el pie plano o muy cóncavo necesitan no solamente tratamiento, sino la realización de un estudio pormenorizado para la adecuación de unas plantillas especiales según las necesidades del sujeto, de sus pies y su pisada. Un hecho muy llamativo y en el que nadie se detiene a observar es que una misma persona puede tener cada pie con una forma distinta de pie y por lo tanto, de pisada. Una pisada incorrecta afecta muchísimo al desarrollo y salud del resto del cuerpo por lo que no estamos hablando de banalidades, lesiones que en un principio se pensaba que tenían su origen en otras cuestiones muchas veces, para sorpresa de la gente, acaban teniendo su origen en los pies. Por estas y otras tantas razones, los especialistas en podología recomiendan no esperar a tener una lesión para acudir al podólogo, sino que igual que nos hacemos un chequeo anual para ver cómo estamos de salud, debemos chequear la salud de nuestros pies cada tanto tiempo.