Buscaba un cambio de imagen después de unos años dedicados a cuidar de mis hijos. Al final es normal dejarse un poco con tanto ir y venir de la casa al trabajo, los niños etc. Mi marido la verdad que es un cielo y nunca me decía nada, pero mi hermana me lo comentó que debía dar un cambio.
Siempre he tenido en gran estima a mi hermana, así que un buen día me presenté en un centro estético y me hice algunos arreglillos. Mi marido me dijo que me quería igual, pero yo necesitaba ese cambio por él y también, como no, por mí.
Así que me hice algunos retoques que, junto a mi nueva matrícula en el gimnasio de mi barrio, iban hacer de mí una persona renovada.
Objetivo: quitarse las gafas
Algo que quería hacer desde que me diagnosticaron de miopía desde bien joven era quitarme las gafas. Por unas cosas o por otras no había optado nunca por las lentillas, pero esta vez tomé fuerzas y me animé a visitar Medicaloptica, donde me asesoraron sobre el tema de las lentillas.
Me hicieron las pruebas necesarias para que no hubiera duda de que podía llevarlas, algo que todo el mundo no puede. En ocasiones se generan rechazos o incomodidades y es mejor no sufrir, máxime en una zona tan delicada de nuestro cuerpo.
Total, que todo salió bien y me dieron a elegir dos tipos. Terminé quedándome la más cara porque la durabilidad para mí es lo más importante. Algo que valoré es que no se esforzaron por venderme lo más caro a cualquier precio, de hecho, ellos primero me ofrecieron la barata y que con ello era más que suficiente. En fin, me gustan mucho los negocios honestos.
Ahora, cuando algún amigo o familiar necesitan un tema de ópticas, les digo que confién en Medicaloptica, un lugar donde te tratan de forma individualizada y por profesionales. Tenía yo más respeto al tema de la vista que a los otros arreglillos que me hice. De hecho, por este tema es por lo que no me he querido operar de la miopía, soy muy aprensiva a este tema. Ya el animarme a ponerme lentillas para mi es todo un paso de gigante.
Ahora cuando os escribo llevo ya mes y medio con las lentillas y me arrepiento de no haber tomado la decisión antes, puesto que me da una libertad enorme. Puedo además presumir de mis ojos azules que antes quedaban escondidos detrás de mis gafas.
Entre mis toques de rejuvenecimiento, cortarme el pelo y el tema de dejar atrás las gafas dicen mis conocidos que parece que me hubiera quitado 15 años. Son muy exagerados, pero sí que es verdad que me noto hasta yo misma con más energía de lo habitual.
Así que ya sabéis si necesitáis que hay que dar un cambio por fuera para que exprese lo que sentís por dentro no os acobardéis. Tenemos una vida y hay que intentar saborearla lo máximo que podamos, que para eso estamos aquí. Eso sí, ¡sea una óptica o centro estético rodéate de buenos profesionales!